Relleno crujiente, con una combinación de sabores original, que contrastan divinamente con la textura suave y tierna de los baos. Vamos, que os recomiendo encarecidamente que os pongáis a ello sin dudar ni un segundo.
Ideales para una cena de sábado en familia o con amigas.
Ingredientes (para seis baos):
- Seis baos, congelados los míos.
- Doce gambas rojas grandecitas peladas.
- Dos huevos.
- Pan rallado grueso o panko.
- Un aguacate.
- Un limón.
- Una cebolla tierna.
- Mayonesa japonesa.
- Salsa de soja.
- Rúcula.
- Cacahuetes fritos.
Preparación:
Los
baos: lo normal es proceder siguiendo las instrucciones del paquete.
Pero yo, siguiendo instrucciones de personas que ya los habían
preparado, los dejé descongelar (apenas tardan), saqué mis cazuelas para
cocinar al vapor, y puse agua a calentar en la de bajo. Mientras tanto,
recorté un círculo con papel de horno del tamaño de la cazuela de
arriba, le hice unos agujeritos, y lo coloqué en la base de dicha
cazuela, y sobre él los baos separados entre sí. Cuando comenzó el agua a
hervir, coloqué la cazuela con los baos sobre la cazuela de bajo, tapé y
dejé cocinar durante diez minutos. Retiras ambas cazuelas del fuego, y
quitas la de arriba, abres con cuidado (el vapor quema), y sacas los
baos con cuidado para no romperlos. Quedaron riquísimos y muy
esponjosos.
Mientras se cocinan los baos, preparamos el resto de ingredientes:
- Limpiamos las gambas quitando el intestino, que sale genial con un palillo. Reservamos en frío.
- Lavamos la cebolla tierna y la cortamos en juliana. Si el tallo verde está terso, lo lavamos y lo cortamos en pequeños aritos finos.
- Picamos los cacahuetes en el mortero ligeramente, dejando trozos, y reservamos.
- Cortamos el aguacante por la mitad, alrededor del hueso, y sacamos de la cáscara con una cuchara. Lo cortamos en lonchitas finas y rociamos con zumo de limón para que no se ponga negro.
- La rúcula, lavada y bien seca. Yo suelo comprarla de bolsa porque es la que encuentro más cerca.
- Y vamos con las gambas: batimos los dos huevos con unas gotas de soja al gusto y, sumergimos en esta mezcla las gambas. Luego los pasamos por el pan rallado grueso o panko, los freímos en abundnte aceite bien caliente, y los colocamos sobre papel absorvente para quitar el exceso de grasa. Es una fritura rápida, deben quedar dorados por fuera y conservar la gamba jugosa.
Y a rellenar nuestros baos:
1.- Mayonesa japonesa en la base.
2.- Unas láminas de aguacate.
3.- Cebolla tierna en juliana.
4.- Dos gambas.
5.- Rúcula al gusto.
6.- Tallo de cebolla tierna.
7.- Cacahuetes troceados.
Y, si quieres, más mayonesa.
Aviso, es un bocado muy sabroso y adictivo.
Ideas y consejos:
- Se pueden utilizar gambas, gambones o langostinos. No ponemos sal a los huevos batidos porque la soja ya la aporta. Y lo dicho, aceite caliente y fritura corta, lo justo para que se dore el panko
- El panko es el pan rallado japonés. Significa miga de pan, y eso es exactamente lo que es, migas de pan secas que se transforman en copos. Es más ligero que nuestro pan rallado y con él los rebozados quedan más crujientes y dorados. Lo puedes encontrar en tiendas de productos asiáticos (alguna vez lo he visto en el supermercado de El Corte Inglés y en Carrefour), o comprarlo on line. Si no lo encuentras, el pan rallado casero de Mercadona te hace el apaño.
- La mayonesa japonesa más popular en nuestro país es la mayonesa Kewpie, y en este caso sólo la he encontrado en tiendas asiáticas. Además de los ingredientes habituales en nuestras mayonesas, contiene soja, vinagre de cebada, malta de cebada y mostaza. Su sabor es delicioso, aunque algo más intenso; personalmente os aconsejo poner poca cantidad y, si os encanta, adelante sin remilgos.
- Hacer baos caseros sigue en mi lista de recetas pendientes.