Otra receta del libro "El estudiante hambriento", del que ya os hablé en la receta de la sopa thai de fideos con pollo y champiñones, que encarecidamente os recomiendo porque es distinta, buenísima y muy reconfortante en los días fríos y lluviosos que tanto abundan en este otoño. Y con ese toque asiático tan rico, como este pollo que hoy os presento.
Es un plato con acentuado sabor cítrico que, acompañado de un sencillo arroz blanco con verduritas, o fideos chinos, resulta delicioso. Pronto la receta de dicho arroz.
Ingredientes para dos personas:
- Dos pechugas de pollo deshuesadas y sin piel.
- Dos dientes de ajo.
- Una cebolla tierna con la parte verde.
- Una cebolla tierna con la parte verde.
- Un trozo de jengibre de unos tres centímetros.
- Un limón.
- Una naranja.
- Una cucharada de salsa de soja.
- Una cucharada de azúcar.
- Dos cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
Preparación:
Comenzamos cortando las pechugas en tiras finas, y las maceramos en una fiambrera o en una bolsa de congelación, junto con:
- Los dientes de ajo machacados.
- El jengibre pelado y rallado.
- La cebolla tierna picada muy fina (sólo la parte blanca, la verde la reservamos).
- La ralladura y el zumo colado de la naranja.
- La ralladura y el zumo colado del limón.
- Una cucharada de salsa de soja.
- Una cucharada de azúcar.
Tapamos la fiambrera o cerramos la bolsa y dejamos macerar en el frigorífico durante, al menos, una hora.
Transcurrido este tiempo, calentamos dos cucharadas de aceite de oliva virgen extra en un wok o sartén de fondo grueso hasta que esté muy caliente. Salteamos a fuego fuerte el pollo con su maceración hasta que esté bien cocinado. Comprobamos el punto de sazón y añadimos sal si es necesario (no hay que poner sal hasta este momento porque la salsa de soja es salada).
Cortamos la parte verde de la cebolla tierna reservada en aritos finos, y los repartimos sobre el pollo.
Y listo, un delicioso pollo salteado, con mucho sabor, que podemos acompañar con un arroz blanco salteado con verduras, o con noodles o fideos orientales también con verduras. Receta de ambos muy pronto, prometido.
- Una naranja.
- Una cucharada de salsa de soja.
- Una cucharada de azúcar.
- Dos cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
Preparación:
Comenzamos cortando las pechugas en tiras finas, y las maceramos en una fiambrera o en una bolsa de congelación, junto con:
- Los dientes de ajo machacados.
- El jengibre pelado y rallado.
- La cebolla tierna picada muy fina (sólo la parte blanca, la verde la reservamos).
- La ralladura y el zumo colado de la naranja.
- La ralladura y el zumo colado del limón.
- Una cucharada de salsa de soja.
- Una cucharada de azúcar.
Tapamos la fiambrera o cerramos la bolsa y dejamos macerar en el frigorífico durante, al menos, una hora.
Transcurrido este tiempo, calentamos dos cucharadas de aceite de oliva virgen extra en un wok o sartén de fondo grueso hasta que esté muy caliente. Salteamos a fuego fuerte el pollo con su maceración hasta que esté bien cocinado. Comprobamos el punto de sazón y añadimos sal si es necesario (no hay que poner sal hasta este momento porque la salsa de soja es salada).
Cortamos la parte verde de la cebolla tierna reservada en aritos finos, y los repartimos sobre el pollo.
Y listo, un delicioso pollo salteado, con mucho sabor, que podemos acompañar con un arroz blanco salteado con verduras, o con noodles o fideos orientales también con verduras. Receta de ambos muy pronto, prometido.