Con dos berenjenas, dos tomates y cuatro lonchas de queso tierno, conseguimos un plato delicioso e incluso, como es mi caso, que alguien a quién no le gusten las berenjenas quiera aprender a cocinarlas para comerlas mil veces más. Al menos eso es lo que me sucedió a mí con mi hija Andrea.
Ingredientes:
- Cuatro berenjenas.
- Dos tomates, rojos y maduros.
- Cuatro lonchas de queso tierno.
- Una cucharada de aceite de oliva virgen.
- Sal.
- Una cucharada de orégano.
Preparación:
Cortamos las berenjenas en dos mitades, practicamos unos cortes profundos dibujando una cuadrícula en la pulpa, pero sin llegar a cortar la piel. Sazonamos con bastante sal y las colocamos en un escurridor sobre un bol para que "lloren su amargura", es decir, para que pierdan su sabor amargo. Dejamos que suden durante al menos media hora, y comprobaremos como van soltando pequeñas gotas.
Mientras tanto, pelamos y troceamos los tomates en daditos pequeños, y lo ponemos a macerar en un bol con aceite de oliva virgen, una pizca de sal y orégano.
Lavamos las berenjenas para quitar el exceso de sal, las secamos y las asamos en el horno o en el microondas hasta que estén tiernas. Una vez asadas, las dejamos enfriar para poder manipularlas. Troceamos también el queso en pequeños cuadrados y, cuándo las berenjenas estén frías, lo introducimos en los cortes que hemos practicado en su pulpa. Añadimos una cucharada de tomate por encima, y calentamos en el horno o microondas hasta que el queso se funda. Espolvoreamos con orégano y servimos.
Facilísimo, y riquísimo.
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