Un bocado delicioso, y muy, muy fácil. Lo único que hay que cocinar: la cebolla caramelizada. El resto, tan sencillo como pasar el solomillo por una sartén, y cortar unas rodajitas de queso de cabra. Sin problemas; eso sí, una vez montado, hay que comerlo de inmediato sin dejar que se enfríe.
Ingredientes:
Un solomillo de cerdo.
Un rulo de queso de cabra.
Tres cebollas.
Azúcar.
Una cucharada de vinagre.
Aceite de oliva.
Pimienta negra.
Sal.
Cebollino picado.
Elaboración:
Comenzamos con la cebolla caramelizada. Troceamos las cebollas en daditos pequeños (si las cebollas son tiernas, mejor, pero tendrán que ser al menos cinco porque suelen ser más pequeñas). No os dé miedo la cantidad de cebolla, merma muchísimo. La freímos en una sartén con aceite de oliva, a fuego lentísimo para que no se queme. Cuándo la cebolla deja de ser blanca y adquiere un tono dorado, añadimos una cucharada de azúcar y otra de vinagre, y dejamos que siga cociendo durante cinco minutos. Retiramos del fuego, escurrimos en un colador para quitar el exceso de aceite, y reservamos.
Y pasamos al solomillo: tan fácil como filetearlo, salpimentar, y asar en una sartén con un hilo de aceite de oliva.
Por último el queso de cabra, que tan sólo hay que cortarlo en rodajas al gusto, y el cebollino, picado a cuchillo
Y ya está, a emplatar: primero el solomillo, encima en queso de cabra, y coronando la cebolla caramelizada. Espolvoreamos con el cebollino, y a disfrutar de un bocado delicioso.
Consejos:
- No hay que poner un exceso de aceite de oliva a la hora de freír la cebolla.
- El vinagre es muy importante para que el azúcar no se endurezca y se convierta en una especie de caramelo.
- A la hora de emplatar, es importante que el solomillo y la cebolla estén muy calientes, porque el queso de cabra enfría el plato.
- A quién le guste más dulce la cebolla, que añada más azúcar.
Ingredientes:
Un solomillo de cerdo.
Un rulo de queso de cabra.
Tres cebollas.
Azúcar.
Una cucharada de vinagre.
Aceite de oliva.
Pimienta negra.
Sal.
Cebollino picado.
Elaboración:
Comenzamos con la cebolla caramelizada. Troceamos las cebollas en daditos pequeños (si las cebollas son tiernas, mejor, pero tendrán que ser al menos cinco porque suelen ser más pequeñas). No os dé miedo la cantidad de cebolla, merma muchísimo. La freímos en una sartén con aceite de oliva, a fuego lentísimo para que no se queme. Cuándo la cebolla deja de ser blanca y adquiere un tono dorado, añadimos una cucharada de azúcar y otra de vinagre, y dejamos que siga cociendo durante cinco minutos. Retiramos del fuego, escurrimos en un colador para quitar el exceso de aceite, y reservamos.
Y pasamos al solomillo: tan fácil como filetearlo, salpimentar, y asar en una sartén con un hilo de aceite de oliva.
Por último el queso de cabra, que tan sólo hay que cortarlo en rodajas al gusto, y el cebollino, picado a cuchillo
Y ya está, a emplatar: primero el solomillo, encima en queso de cabra, y coronando la cebolla caramelizada. Espolvoreamos con el cebollino, y a disfrutar de un bocado delicioso.
Consejos:
- No hay que poner un exceso de aceite de oliva a la hora de freír la cebolla.
- El vinagre es muy importante para que el azúcar no se endurezca y se convierta en una especie de caramelo.
- A la hora de emplatar, es importante que el solomillo y la cebolla estén muy calientes, porque el queso de cabra enfría el plato.
- A quién le guste más dulce la cebolla, que añada más azúcar.