Vermicelli alle vongole con pomodoro, es decir, fideos finos con almejas y tomate, en este caso spaghetti. Una conocida receta de la cocina italiana tradicional, deliciosa, rápida y fácil de preparar. Eso sí, hay que tener en cuenta el tiempo de remojo de las almejas: dos horas aproximadamente.
En el clásico La cuchara de plata, con el que tengo la suerte de contar entre mis libros de cocina, no aparecen entre sus ingredientes ni el tomate ni el vino blanco, ni tampoco la cayena. Se trata de otro clásico, vongole in bianco, también riquísimo, y pendiente de publicar en el blog.
Ingredientes:
- 350 gramos de spaghetti.
- Un kilo de almejas.
- 2 dientes de ajo.
- 6 tomates rojos.
- Medio vaso de vino blanco.
- Una cayena o guindilla.
- Perejil fresco.
- Aceite de oliva virgen.
- Pimienta negra recién molida.
- Sal.
- Una cucharadita de azúcar.
Preparación:
Para quitar los posibles restos de arena a las almejas, las ponemos a remojo con agua y sal en el frigorífico durante al menos dos horas. Hay que revisarlas una a una y desechar las que estén rotas o abiertas, porque seguramente estén muertas o enfermas. Tras el remojo, las colocamos en un colador, y las lavamos bajo el chorro de agua fría, entrechocándolas suavemente entre sí para eliminar cualquier resto de impurezas.
Comenzamos con la salsa. Pelamos y picamos muy fino los ajos, a cuchillo. Lavamos, pelamos los tomates, les quitamos las pepitas, y los cortamos en brunoise (pequeños dados). Lavamos y picamos las hojas de perejil, también a cuchillo, y reservamos.
En una sartén o cazuela baja, con un hilo de aceite de oliva virgen, sofreímos el ajo hasta que comience a dorarse. En ese momento añadimos el tomate, sal, pimienta y azúcar, y dejamos que fría hasta que comience a "pegarse" en el fondo de la sartén. Incorporamos entonces el perejil, la cayena, y el vino blanco (reservamos un poco de perejil para el emplatado), y cocemos durante cinco minutos. Retiramos la cayena, comprobamos el punto de sazón, rectificamos si es necesario, y reservamos
Calentamos otra sartén, con un hilo de aceite de oliva virgen, y añadimos las almejas bien limpias y escurridas, a fuego fuerte. Las vamos retirando conforme se abran, y colamos el líquido que hayan soltado. Incorporamos las almejas sin cáscara a la salsa de tomate, y también el líquido colado. Las almejas que no se abran, las tiramos.
Ponemos al fuego una cazuela amplia con agua y sal y, cuándo hierva, incorporamos los spaghetti y cocemos durante el tiempo que indique el fabricante en el paquete. Con una espumadera sacamos la pasta de la cazuela, la escurrimos en un colador, y la servimos directamente, sin enjuagar, con la salsa caliente y perejil fresco picado.
Cosejos:
- Es muy importante desechar las almejas que estén rotas o abiertas en crudo, y tirar también las que no se abran una vez cocidas. El motivo es que están muertas o enfermas y podrían causarnos más de un problema si nos las comemos.
- Si no os gusta el toque picante, prescindid de la guindilla o cayena. Eso sí, hay que retirarla antes de servir la salsa.
- Si es posible, hay que cocer la pasta justo antes de comerla. De este modo no tendremos que enjuagarla, tendrá más sabor, y absorberá mejor la salsa.
- No hay que añadir aceite al agua de cocer la pasta, porque crea una película escurridiza que dificulta la absorción de la salsa.
- Otra opción es saltear la pasta junto con la salsa para que se mezclen bien.
- El azúcar se añade para contrarrestar la acidez del tomate, aunque si están dulces y maduros no será necesario.
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