Hoy vamos con un clásico de la cocina tradicional, las lentejas viudas, es decir, cocinadas sólo con verduras y hortalizas, sin productos cárnicos. A mí me encantan, más que las clásicas con chorizo, jamón y otras partes del cerdo. Por eso son las que más a menudo preparo en casa; por eso y porque son más sanas, y muy ricas. El secreto: un buen sofrito a fuego lento, sin prisas, y un chorrito de vinagre al final. Fácil, casi se hacen solas.
Ingredientes:
- 250 gramos de lenteja pardina.
- Dos dientes de ajo.
- Una cebolla.
- Un puerro.
- Una rama de apio.
- Dos tomates rojos.
- Una cucharadita de pimentón dulce.
- Una cucharadita de comino molido.
- Una hoja de laurel.
- Vinagre.
- Perejil fresco picado, o cilantro, o cebollino.
- Aceite de oliva virgen.
- Sal.
Preparación:
Comenzamos lavando bien las lentejas en un colador bajo el chorro de agua fría, y dejamos que se escurran.
Pelamos, lavamos, picamos finamente el ajo, y reservamos. Pelamos, lavamos y picamos en brunoise la cebolla, el puerro y el apio, y reservamos. Rallamos los tomates y reservamos.
En una cazuela amplia sofreímos ligeramente el ajo, y añadimos la cebolla, el puerro y el apio. Dejamos que se fría todo despacio, hasta que se dore y comience a "pegarse" en el fondo de la cazuela. En ese momento incorporamos el tomate y, lo mismo, freímos lentamente hasta que se empiece a "pegar", porque eso es síntoma de que ha perdido toda el agua. Añadimos una cucharadita de pimentón dulce y otra de comino molido y las lentejas lavadas y escurridas, removemos bien y cubrimos con agua. Lavamos una hoja de laurel y la incorporamos al guiso.
Llevamos a ebullición, y dejamos que cueza, destapadas a fuego fuerte durante quince minutos, removiendo de vez en cuando, y después a fuego lento tapadas, hasta que estén tiernas, y sin remover. Tardarán aproximadamente una hora; si durante ese tiempo espesan en exceso, añadiremos más agua. Hay que vigilar que no se queden sin líquido porque se queman.
Cuándo estén cocidas, comprobamos el punto de sal, y añadimos más si es necesario. Echamos un chorrito de vinagre, removemos y servimos.
Un plato barato, sano y muy rico, de los de toda la vida.
Consejos:
- Como ya os expliqué aquí, el hierro que contienen las lentejas es "hierro no hem", es decir, que no es de origen animal y por ello no se absorbe fácilmente. Según los expertos, para facilitar dicha absorción es aconsejable tomar con ellas alimentos ricos en vitamina C, como una mandarina o naranja de postre.
- La lenteja pardina es pequeña y gordita, de color pardo; a mí me gusta porque su cocción es más rápida que la lenteja plana y grande. Además, la piel es fina y suave, y no suele desprenderse al cocerla.
- Hay que lavar las lentejas antes de cocinarlas, para eliminar el polvo que puedan tener a causa del cosechado.
- Las lentejas no precisan remojado previo, a diferencia de otras legumbres como alubias y garbanzos.
- Las lentejas se cocinan siempre a partir de agua o caldo frío, nunca caliente.
- Al cocinar las lentejas al principio a fuego fuerte y removerlas, conseguimos que se muevan, y que la cocción sea uniforme. O sea, que no quede ninguna lenteja dura. Eso sí, cuándo comienzan a reblandecerse no hay que meter la cuchara porque las romperemos.
- Si durante el cocinado aparece espuma en la superficie, hay que retirarla con una espumadera porque se trata de impurezas, posiblemente por no haberlas lavado bien.
Llevamos a ebullición, y dejamos que cueza, destapadas a fuego fuerte durante quince minutos, removiendo de vez en cuando, y después a fuego lento tapadas, hasta que estén tiernas, y sin remover. Tardarán aproximadamente una hora; si durante ese tiempo espesan en exceso, añadiremos más agua. Hay que vigilar que no se queden sin líquido porque se queman.
Cuándo estén cocidas, comprobamos el punto de sal, y añadimos más si es necesario. Echamos un chorrito de vinagre, removemos y servimos.
Un plato barato, sano y muy rico, de los de toda la vida.
Consejos:
- Como ya os expliqué aquí, el hierro que contienen las lentejas es "hierro no hem", es decir, que no es de origen animal y por ello no se absorbe fácilmente. Según los expertos, para facilitar dicha absorción es aconsejable tomar con ellas alimentos ricos en vitamina C, como una mandarina o naranja de postre.
- La lenteja pardina es pequeña y gordita, de color pardo; a mí me gusta porque su cocción es más rápida que la lenteja plana y grande. Además, la piel es fina y suave, y no suele desprenderse al cocerla.
- Hay que lavar las lentejas antes de cocinarlas, para eliminar el polvo que puedan tener a causa del cosechado.
- Las lentejas no precisan remojado previo, a diferencia de otras legumbres como alubias y garbanzos.
- Las lentejas se cocinan siempre a partir de agua o caldo frío, nunca caliente.
- Al cocinar las lentejas al principio a fuego fuerte y removerlas, conseguimos que se muevan, y que la cocción sea uniforme. O sea, que no quede ninguna lenteja dura. Eso sí, cuándo comienzan a reblandecerse no hay que meter la cuchara porque las romperemos.
- Si durante el cocinado aparece espuma en la superficie, hay que retirarla con una espumadera porque se trata de impurezas, posiblemente por no haberlas lavado bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario