Sé que la Navidad está a la vuelta de la esquina, y que toca publicar recetas para los menús de estas fechas pero, ya que este 2020 nos ha cambiado tantas cosas, incluidas las celebraciones familiares, ¿por qué no disfrutar de una cena distinta? Nada nos condiciona, no estamos "obligadas" a poner en la mesa los mismos alimentos de siempre con banquetes pantagruélicos, ya que, en primer lugar vamos a ser menos personas alrededor de la mesa y, además, ojalá estén limitados a quienes se sientan con nosotras todos los días a la mesa. Tampoco hace falta comer estas pitas el día de Navidad, pero hay más días, y es ideal para encontrar la comida o cena casi preparada en casa después de un paseo.
A pesar de todas las recomendaciones sanitarias de restringir las comidas y cenas solo a las personas que convivimos en el mismo domicilio, sé que no es fácil. Y lo digo por experiencia, yo misma tengo familiares que no están dispuestos a renunciar a celebrar estas fiestas como otros años, aunque ello suponga correr riesgos que podemos evitar. Navidades habrá muchas, pero vida solo tenemos una.
Y dejo ya de irme por las ramas, vamos con la receta. Es un "bocadillo" muy sabroso, con muchos matices, goloso e irresistible. La salsa de curry y mango es buenísima; he utilizado la de la marca Heinz. Sí, he caído en los alimentos procesados, cosa que hago muy esporádicamente por que no me gusta nada incluirlos en mi alimentación pero, soy humana y esta salsa está de vicio.
Una receta de Directo al Paladar, a quienes agradezco profundamente que la hayan compartido por que es un disfrute total
Ingredientes para cuatro personas:
- Cuatro panes de pita, mejor caseros. Aquí tienes la receta fácil e infalible.
- Una pechuga de pollo deshuesada y sin piel.
- Dos hojas de laurel.
- Ocho granos de pimienta negra.
- Hojas verdes de espinaca baby, o lechugas.
- Una cebolla roja.
- Un tomate rojo.
- Salsa de curry y mango.
- Sésamo tostado.
- Sal.
Preparación:
Comenzamos con el pollo: cocemos durante media hora la pechuga de pollo en agua abundante, con una hoja de laurel, los granos de pimienta y una cucharadita de sal. La cocinamos desde agua fría y tapada, a fuego bajo. Dejamos enfriar dentro del agua y, cuando podamos manipular el pollo sin quemarnos, sacamos la pechuga, escurrimos y la deshilachamos con dos tenedores o con las manos bien limpias. Reservamos el líquido de cocción.
Mientras se enfría la pechuga, cortamos el tomate el rodajas finas, y la cebolla en aros finos.
Mezclamos el pollo deshilachado, caliente o frío, con la salsa de curry y mango. Si queda muy espeso, añadimos un poco del agua de cocción.
Calentamos ligeramente los panes de pita en un tostador, sartén, o en el horno. Abrimos los panes hasta la mitad, y rellenamos:
1.- Hojas de espinaca o lechuga.
2.- Rodajas de tomate.
3.- Pollo deshilachado mezclado con la salsa de curry y mango.
4.- Aros de cebolla roja.
5.- Sésamo.
Y un extra de salsa si te gusta lo bueno. Y a disfrutar.
Ideas y consejos:
- Este pollo queda rico pero necesita una salsa y buenas compañías para ser un bocado excepcional. También podemos añadirlo a una ensalada, una pizza, o una sopa. O lo que se te ocurra, cuéntame tus ideas.
- El pollo congela perfectamente ya deshilachado y dentro del líquido de cocción.
- Es fácil preparar las pitas en casa, sobre todo si cuentas con un buen robot amasador. Con la receta de Ibán Yarza que te he enlazado en una horita las tendrás horneadas y listas para comer; es de su libro "Pan casero", un imprescindible. Apunta en la carta a los Reyes Magos.
- La salsa de curry y mango se puede preparar en casa; a ver si a la próxima soy capaz de renunciar a la envasada.
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