Estas patatas son una propuesta deliciosa para una cena informal, o para acompañar una carne asada o a la plancha. Son muy buenas, sencillas de elaborar, y con ingredientes accesibles y asequibles.
Se trata de la típica patata asada al horno con su piel, que rellenamos con lo que más nos guste, o con lo que tengamos en el frigorífico. Creo que se puede considerar un plato de aprovechamiento, sin duda.
Ingredientes para cuatro personas:
- Cuatro patatas medianas, del mismo tamaño.
- Dos puerros.
- Cuatro lonchas de bacon.
- 100 gramos de queso chédar, del de color naranja.
- Sal.
- Pimienta negra recién molida.
- Aceite de oliva virgen.
- Perejil, cebollino, o cilantro fresco picado.
Preparación:
Comenzamos con el horneado de las patatas. Se lavan perfectamente, sin pelar, y se secan para quitar el exceso de agua. Con un cuchillo afilado, pinchamos la piel de la patata cuatro o cinco veces. Las espolvoreamos con sal, y las frotamos para extenderla. Horneamos las patatas directamente sobre la rejilla del horno, precalentado a 180º, durante una hora, aproximadamente. Aunque el tiempo dependerá del tamaño y clase de la patata; hay que comprobar si está tierna clavando una brocheta o cuchillo, siempre por la parte de arriba, para no romperla por los lados. Cuándo esté lista, el cuchillo se hundirá con facilidad y la piel estará muy crujiente.
Mientras asamos las patatas, cortamos el puerro en finas rodajitas, y lo cocinamos con un hilo de aceite de oliva virgen y una pizca de sal hasta que esté tierno. Reservamos.
Cuándo las patatas estén templadas, cortamos con un cuchillo bien afilado, una rodaja de la parte superior. Retiramos la pulpa de la patata con una cuchara; lo hacemos con mucho cuidado para no romper la piel y que quede con un grosor suficiente para que no se nos desmorone.
Rallamos el queso chédar, y mezclamos la mitad con el puerro y la pulpa de la patata desmenuzada. Salpimentamos, probamos, y rectificamos si es necesario.
Rellenamos las patatas vacías con esta mezcla, con una cuchara y cuidado (otra vez). Espolvoreamos con el resto del chédar y con pimienta negra recién molida. Introducimos de nuevo en el horno para que se funda y dore el queso.
Mientras tanto, quitamos la corteza a las lonchas de bacon, las cortamos en tiritas finas, y las doramos en una sartén (no es necesario poner aceite porque el bacon soltará su grasa). Retiramos y reservamos.
Lavamos y picamos el perejil, cebollino o cilantro, o la aromática que más os guste, y reservamos.
Cuándo las patatas estén listas, las sacamos del horno, repartimos sobre ellas el bacon tostadito, y el perejil.
Es evidente que el queso y el bacon aumentan las calorías de la patata asada, tan sana ella. Pero, un día es un día.
Consejos:
- Cuidado con hincarle el diente a la patata nada más salir del horno. Quema muchísimo, así que, aunque entiendo que es difícil, mejor esperar un poco.
- Si sobra relleno, propongo hacer bolitas con él, rebozarlas en huevo y pan rallado, y freír. Quedan riquísimas.
- Por supuesto, se puede utilizar otro queso. Imprescindible, eso sí, que funda bien.
- Yo pongo papel de aluminio en la base del horno, para que no se ensucie, por si cae algo.
Ingredientes para cuatro personas:
- Cuatro patatas medianas, del mismo tamaño.
- Dos puerros.
- Cuatro lonchas de bacon.
- 100 gramos de queso chédar, del de color naranja.
- Sal.
- Pimienta negra recién molida.
- Aceite de oliva virgen.
- Perejil, cebollino, o cilantro fresco picado.
Preparación:
Comenzamos con el horneado de las patatas. Se lavan perfectamente, sin pelar, y se secan para quitar el exceso de agua. Con un cuchillo afilado, pinchamos la piel de la patata cuatro o cinco veces. Las espolvoreamos con sal, y las frotamos para extenderla. Horneamos las patatas directamente sobre la rejilla del horno, precalentado a 180º, durante una hora, aproximadamente. Aunque el tiempo dependerá del tamaño y clase de la patata; hay que comprobar si está tierna clavando una brocheta o cuchillo, siempre por la parte de arriba, para no romperla por los lados. Cuándo esté lista, el cuchillo se hundirá con facilidad y la piel estará muy crujiente.
Mientras asamos las patatas, cortamos el puerro en finas rodajitas, y lo cocinamos con un hilo de aceite de oliva virgen y una pizca de sal hasta que esté tierno. Reservamos.
Cuándo las patatas estén templadas, cortamos con un cuchillo bien afilado, una rodaja de la parte superior. Retiramos la pulpa de la patata con una cuchara; lo hacemos con mucho cuidado para no romper la piel y que quede con un grosor suficiente para que no se nos desmorone.
Rallamos el queso chédar, y mezclamos la mitad con el puerro y la pulpa de la patata desmenuzada. Salpimentamos, probamos, y rectificamos si es necesario.
Rellenamos las patatas vacías con esta mezcla, con una cuchara y cuidado (otra vez). Espolvoreamos con el resto del chédar y con pimienta negra recién molida. Introducimos de nuevo en el horno para que se funda y dore el queso.
Mientras tanto, quitamos la corteza a las lonchas de bacon, las cortamos en tiritas finas, y las doramos en una sartén (no es necesario poner aceite porque el bacon soltará su grasa). Retiramos y reservamos.
Lavamos y picamos el perejil, cebollino o cilantro, o la aromática que más os guste, y reservamos.
Cuándo las patatas estén listas, las sacamos del horno, repartimos sobre ellas el bacon tostadito, y el perejil.
Es evidente que el queso y el bacon aumentan las calorías de la patata asada, tan sana ella. Pero, un día es un día.
Consejos:
- Cuidado con hincarle el diente a la patata nada más salir del horno. Quema muchísimo, así que, aunque entiendo que es difícil, mejor esperar un poco.
- Si sobra relleno, propongo hacer bolitas con él, rebozarlas en huevo y pan rallado, y freír. Quedan riquísimas.
- Por supuesto, se puede utilizar otro queso. Imprescindible, eso sí, que funda bien.
- Yo pongo papel de aluminio en la base del horno, para que no se ensucie, por si cae algo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario