Creo que este es el mejor curry que he probado, buenísimo con el dulzor de la manzana, la acidez de la piña, los filetitos muy tiernos de pollo, una delicia. Tan sólo necesita un simple arroz blanco al lado y, como en este caso, pan naan, o un pan de pita, para ser perfecto.
Una vez más, gracias a Directo al Paladar por este curry tan bueno.
Ingredientes:
- Una cebolla.
- Cuatro rodajas de piña natural, o enlatada en su jugo.
- Dos manzanas golden.
- Tres pechugas de pollo.
- Media cucharadita de cúrcuma molida.
- Media cucharadita de comino molido.
- Media cucharadita de jengibre molido.
- Media cucharadita de pimentón picante.
- Dos cucharaditas de curry rojo molido.
- Cinco hebras de azafrán, aproximadamente.
- 100 gramos de salsa de tomate casera.
- Una cucharadita de azúcar.
- Medio litro de caldo de verdura.
- 400 mililitros de leche de coco.
- 50 gramos de mantequilla o mantequilla clarificada.
- Sal.
- Cilantro fresco picado.
Preparación:
Pelamos, lavamos y picamos la cebolla en brunoise. Calentamos la mantequilla en una cazuela y freímos a fuego lento la cebolla con una pizca de sal, hasta que esté transparente. Mientras tanto, pelamos las manzanas y las rodajas de piña, las cortamos en dados, y las añadimos a la cazuela. Removemos, subimos el fuego y cocinamos cinco minutos.
Seguidamente, añadimos las especias (cúrcuma, comino, curry rojo, jengibre, pimentón y azafrán en hebra), removemos y dejamos cocer dos minutos. Incorporamos la salsa de tomate, la leche de coco, el caldo de verdura, el azúcar y una pizca de sal. Cocemos a fuego suave durante treinta minutos.
Transcurrido este tiempo, trituramos el curry y lo pasamos por el colador chino, para que quede muy fina. Probamos y añadimos sal si es necesario; si está ácida, un poco de azúcar.
Colocamos las pechugas de pollo sobre la tabla y, con un cuchillo bien afilado, cortamos filetes redondos y muy finos. Calentamos el curry en una cazuela, sazonamos los filetitos de pollo, y los cocemos en la salsa durante diez minutos.
Picamos las hojas de cilantro fresco lavadas y las espolvoreamos sobre el curry.
Os aseguro que es una delicia.
Consejos:
- Lo ideal es tomar este curry acompañado de arroz largo hervido, y pan naan o pan de pita que podéis preparar siguiendo esta receta. Estos panes planos se utilizan como una cuchara para comer el curry.
- La mantequilla clarificada soporta mejor el calor, y es muy sencillo prepararla, aunque también se puede utilizar directamente la mantequilla, eso sí, con cuidado de no quemarla. Si decidís preparar la mantequilla clarificada, tenéis la receta aquí.
- Siempre es mejor pasar las salsas por el chino y, en este caso que utilizamos piña, resulta imprescindible para eliminar las hebras.
- Y, como ya os he aconsejado en otras ocasiones, la mejor salsa de tomate es la que cocinamos en casa porque, además de que está más buena, nos aseguramos de no consumir aditivos, conservantes, colorantes y azúcar. Es muy fácil, y congela perfectamente para utilizar en recetas como ésta, en las que sólo necesitamos una pequeña cantidad. Tenéis la receta del tomate frito aquí.
Una vez más, gracias a Directo al Paladar por este curry tan bueno.
Ingredientes:
- Una cebolla.
- Cuatro rodajas de piña natural, o enlatada en su jugo.
- Dos manzanas golden.
- Tres pechugas de pollo.
- Media cucharadita de cúrcuma molida.
- Media cucharadita de comino molido.
- Media cucharadita de jengibre molido.
- Media cucharadita de pimentón picante.
- Dos cucharaditas de curry rojo molido.
- Cinco hebras de azafrán, aproximadamente.
- 100 gramos de salsa de tomate casera.
- Una cucharadita de azúcar.
- Medio litro de caldo de verdura.
- 400 mililitros de leche de coco.
- 50 gramos de mantequilla o mantequilla clarificada.
- Sal.
- Cilantro fresco picado.
Preparación:
Pelamos, lavamos y picamos la cebolla en brunoise. Calentamos la mantequilla en una cazuela y freímos a fuego lento la cebolla con una pizca de sal, hasta que esté transparente. Mientras tanto, pelamos las manzanas y las rodajas de piña, las cortamos en dados, y las añadimos a la cazuela. Removemos, subimos el fuego y cocinamos cinco minutos.
Seguidamente, añadimos las especias (cúrcuma, comino, curry rojo, jengibre, pimentón y azafrán en hebra), removemos y dejamos cocer dos minutos. Incorporamos la salsa de tomate, la leche de coco, el caldo de verdura, el azúcar y una pizca de sal. Cocemos a fuego suave durante treinta minutos.
Transcurrido este tiempo, trituramos el curry y lo pasamos por el colador chino, para que quede muy fina. Probamos y añadimos sal si es necesario; si está ácida, un poco de azúcar.
Colocamos las pechugas de pollo sobre la tabla y, con un cuchillo bien afilado, cortamos filetes redondos y muy finos. Calentamos el curry en una cazuela, sazonamos los filetitos de pollo, y los cocemos en la salsa durante diez minutos.
Picamos las hojas de cilantro fresco lavadas y las espolvoreamos sobre el curry.
Os aseguro que es una delicia.
Consejos:
- Lo ideal es tomar este curry acompañado de arroz largo hervido, y pan naan o pan de pita que podéis preparar siguiendo esta receta. Estos panes planos se utilizan como una cuchara para comer el curry.
- La mantequilla clarificada soporta mejor el calor, y es muy sencillo prepararla, aunque también se puede utilizar directamente la mantequilla, eso sí, con cuidado de no quemarla. Si decidís preparar la mantequilla clarificada, tenéis la receta aquí.
- Siempre es mejor pasar las salsas por el chino y, en este caso que utilizamos piña, resulta imprescindible para eliminar las hebras.
- Y, como ya os he aconsejado en otras ocasiones, la mejor salsa de tomate es la que cocinamos en casa porque, además de que está más buena, nos aseguramos de no consumir aditivos, conservantes, colorantes y azúcar. Es muy fácil, y congela perfectamente para utilizar en recetas como ésta, en las que sólo necesitamos una pequeña cantidad. Tenéis la receta del tomate frito aquí.
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