Inspirados en una receta de Mercado Calabajío, estos canelones rellenos de espinacas, requesón, y algún queso más, son buenísimos, y más sanos y ligeros que los típicos boloñesa con carne y bechamel. Que también son riquísimos, y me encantan.
Ingredientes:
- 20 placas de canelones.
- Una cebolla pequeña.
- Una cucharada de piñones.
- Una cucharada de piñones.
- 600 gramos de hojas de espinacas.
- Media cucharadita de nuez moscada en polvo.
- 300 gramos de requesón o ricota.
- 100 gramos de queso tierno.
- 100 gramos de queso parmesano.
- Un huevo.
- Pimienta negra recién molida.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal.
Para la salsa de tomate:
- Un kilo de tomates rojos maduros.
- Sal.
- Aceite de oliva virgen extra.
Preparación:
Comenzamos con la salsa de tomate: lavamos y pelamos los tomates, los troceamos y los freímos en una cazuela con un hilo de aceite virgen extra, tapados a fuego lento. Cuándo el tomate esté deshecho, apagamos el fuego y dejamos templar. Seguidamente lo pasamos por el pasapurés, y añadimos una cucharadita de sal y media de azúcar. Volvemos a ponerlos al fuego, al mínimo y tapados, para que reduzca durante media hora aproximadamente y removiendo de vez en cuando. Comprobamos el punto de sal, y rectificamos si es necesario.
Mientras preparamos la salsa de tomate, vamos con la farsa, el relleno de los canelones. Lavamos, pelamos y picamos finamente la cebolla. Lavamos y escurrimos las espinacas, y las cortamos en juliana. Sofreímos la cebolla en una sartén grande con un hilo de aceite de oliva y una cucharadita de sal. Cuándo comience a dorar, añadimos los piñones y los tostamos. Incorporamos las espinacas por tandas, poco a poco (aunque parezcan demasiadas, veréis que reducen muchísimo). Salpimentamos y añadimos media cucharadita de nuez moscada en polvo. Vamos removiendo conforme pongamos más espinacas y, cuando estén todas, dejamos que reduzcan, probamos y rectificamos de sal y pimienta si es necesario. Dejamos templar.
Rallamos los quesos, por separado, y batimos el huevo. Cuándo las espinacas estén frías, las mezclamos con el huevo batido, el queso tierno rallado, la mitad del parmesano rallado, y el requesón. Reservamos el relleno bien tapado en la nevera.
Cocemos las placas de canelones en abundante agua hirviendo con una cucharadita de sal, durante el tiempo indicado por el fabricante en el paquete (el relleno da para 20 canelones, aproximadamente). Transcurrido ese tiempo, los pasamos a un escurridor y los enfríamos bajo el chorro de agua fría del grifo, o en un bol con agua fría. Escurrimos bien, que no queden con agua.
Una vez frías y escurridas, colocamos las placas de canelones bien extendidas sobre la superficie de trabajo, y las rellenamos, una a una con una cuchara, y las enrollamos sobre sí mismas.
Preparamos una bandeja de horno pincelada con aceite de oliva, extendemos una capa de salsa de tomate, y colocamos los canelones rellenos, con el pliegue hacia abajo, cubrimos con el resto de salsa de tomate, y con parmesano reservado.
Horneamos con calor arriba y abajo a 200º, hasta que se doren. Buenísimos, y no te pesarán.
Ideas y Consejos:
- La salsa de tomate también queda muy buena utilizando tomates de lata enteros.
- Las espinacas frescas que venden en bolsas ya lavadas son perfectas para este plato. Suelen pesar 300 gramos, así que necesitaremos dos bolsas. Y no, no son demasiadas, porque tienen mucha agua y menguan mucho.
- Los rellenos deben estar fríos, en general. Son más fáciles de manipular y no se desmoronan y, además, no sobre calientan el alimento que rellenamos.
- Si te sobra relleno, queda muy rico en unas empanadillas.
Preparación:
Comenzamos con la salsa de tomate: lavamos y pelamos los tomates, los troceamos y los freímos en una cazuela con un hilo de aceite virgen extra, tapados a fuego lento. Cuándo el tomate esté deshecho, apagamos el fuego y dejamos templar. Seguidamente lo pasamos por el pasapurés, y añadimos una cucharadita de sal y media de azúcar. Volvemos a ponerlos al fuego, al mínimo y tapados, para que reduzca durante media hora aproximadamente y removiendo de vez en cuando. Comprobamos el punto de sal, y rectificamos si es necesario.
Mientras preparamos la salsa de tomate, vamos con la farsa, el relleno de los canelones. Lavamos, pelamos y picamos finamente la cebolla. Lavamos y escurrimos las espinacas, y las cortamos en juliana. Sofreímos la cebolla en una sartén grande con un hilo de aceite de oliva y una cucharadita de sal. Cuándo comience a dorar, añadimos los piñones y los tostamos. Incorporamos las espinacas por tandas, poco a poco (aunque parezcan demasiadas, veréis que reducen muchísimo). Salpimentamos y añadimos media cucharadita de nuez moscada en polvo. Vamos removiendo conforme pongamos más espinacas y, cuando estén todas, dejamos que reduzcan, probamos y rectificamos de sal y pimienta si es necesario. Dejamos templar.
Rallamos los quesos, por separado, y batimos el huevo. Cuándo las espinacas estén frías, las mezclamos con el huevo batido, el queso tierno rallado, la mitad del parmesano rallado, y el requesón. Reservamos el relleno bien tapado en la nevera.
Cocemos las placas de canelones en abundante agua hirviendo con una cucharadita de sal, durante el tiempo indicado por el fabricante en el paquete (el relleno da para 20 canelones, aproximadamente). Transcurrido ese tiempo, los pasamos a un escurridor y los enfríamos bajo el chorro de agua fría del grifo, o en un bol con agua fría. Escurrimos bien, que no queden con agua.
Una vez frías y escurridas, colocamos las placas de canelones bien extendidas sobre la superficie de trabajo, y las rellenamos, una a una con una cuchara, y las enrollamos sobre sí mismas.
Preparamos una bandeja de horno pincelada con aceite de oliva, extendemos una capa de salsa de tomate, y colocamos los canelones rellenos, con el pliegue hacia abajo, cubrimos con el resto de salsa de tomate, y con parmesano reservado.
Horneamos con calor arriba y abajo a 200º, hasta que se doren. Buenísimos, y no te pesarán.
Ideas y Consejos:
- La salsa de tomate también queda muy buena utilizando tomates de lata enteros.
- Las espinacas frescas que venden en bolsas ya lavadas son perfectas para este plato. Suelen pesar 300 gramos, así que necesitaremos dos bolsas. Y no, no son demasiadas, porque tienen mucha agua y menguan mucho.
- Los rellenos deben estar fríos, en general. Son más fáciles de manipular y no se desmoronan y, además, no sobre calientan el alimento que rellenamos.
- Si te sobra relleno, queda muy rico en unas empanadillas.
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