Hoy comemos sano y rico; unas patatas asadas rellenas de espinacas y gratinadas con queso gruyere. Si esta verdura os horroriza, probad esta receta y luego me contáis...
Además, os traigo dos en una: las patatas y qué hacer con el relleno que nos sobre, que sobrará: croquetas ¡sin bechamel! con una salsa de queso básica, fácil y rápida.
Ingredientes:
- Cuatro patatas medianas (que sean todas del mismo tamaño).
- Un diente de ajo.
- Una cucharada de piñones
- 300 gramos de espinacas.
- Queso gruyere.
- Un poco de leche.
- Nuez moscada molida.
- Pimienta negra recién molida.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal.
Para la receta de aprovechamiento:
- Sobrante del relleno.
- Sobrante del relleno.
- Dos huevos.
- Pan rallado.
- Una rodaja de queso provolone.
- 200 mililitros de nata para cocinar.
- Sal.
- Pimienta negra recién molida.
- Una rodaja de queso provolone.
- 200 mililitros de nata para cocinar.
- Sal.
- Pimienta negra recién molida.
- Aceite de girasol.
Preparación:
Las patatas:
- Lava las patatas y pincha la piel cuatro o cinco veces con un tenedor, frota con sal y ásalas en el horno precalentado a 180º hasta que estén cocidas (una hora aproximadamente). Comprueba con una brocheta, siempre por la parte de arriba, y si se hunde sin dificultad, las patatas están listas.
- Quita los tallos a las espinacas y corta agrupándolas sobre la tabla. Reserva.
- Pica finamente los dientes de ajo y fríe a fuego lento con los piñones. Añade las espinacas y reduce hasta que pierdan todo el agua. Sazona con sal, pimienta y nuez moscada, prueba y rectifica si es necesario. Reserva.
- Cuando las patatas estén listas, corta una rodaja de la parte superior y vacía las patatas con una cucharilla con mucho cuidado de no romper la piel y no perder la forma. Para ello, procura dejar suficiente patata adherida a la piel para que se mantenga sin desmoronarse. Lo ideal es utilizar una cucharilla parisiene; al final os enseño una foto.
- Calienta la sartén con las espinacas, aplasta la pulpa de la patata con un tenedor y añádela a la sartén.
- Sazona con sal, pimienta y nuez moscada. Añade un chorrito de leche y mezcla. Comprueba el punto de sazón y rectifica si es necesario.
- Rellena las patatas con esta mezcla, añade queso gruyere rallado por encima y gratina en el horno, hasta que el queso se funda. Cinco minutos serán suficientes.
- Y disfruta.
Y si te sobra relleno, que te sobrará, puedes hacer unas irresistibles croquetas con salsa de queso. Muy fácil:
- Deja el relleno unas horas en la nevera para que coja cuerpo.
- Saca el relleno de la nevera y dale forma de croqueta, o haz unas bolas.
- Prepara dos boles, uno con dos huevos batidos y otro con pan rallado.
- Pasa las croquetas primero por el huevo y luego por pan rallado. No necesitan doble rebozado porque no hay bechamel, no se va a salir.
- Fríe en aceite de girasol bien caliente, retira y deja escurrir el exceso de grasa en un colador o sobre un papel de cocina.
Y la salsa de queso, tan fácil como mezclar 200 mililitros de nata para cocinar con una rodaja de queso provolone troceada, calentar hasta que el queso se funda y salpimentar. Aquí tenéis una foto.
Y listo, como os he prometido, dos recetas en una, a cual más rica. Eso sí, la segunda más calórica.
Ideas y consejos:
- Esta salsa de queso básica queda genial con una carne, con una tortilla de patata, con una focaccia, con lo que más os guste.
- Ideales las bolsas de espinacas que venden en el súper de 300 gramos, lavadas y listas para usar.
- Aquí tenéis la cucharilla parisienne, ideal para vaciar estas patatas y para hacer bolitas de frutas y hortalizas. La tengo tanto tiempo que no recuerdo donde la compré, pero seguro que la encontraréis en tiendas especializadas de menaje de cocina.
- Sazona con sal, pimienta y nuez moscada. Añade un chorrito de leche y mezcla. Comprueba el punto de sazón y rectifica si es necesario.
- Rellena las patatas con esta mezcla, añade queso gruyere rallado por encima y gratina en el horno, hasta que el queso se funda. Cinco minutos serán suficientes.
- Y disfruta.
Y si te sobra relleno, que te sobrará, puedes hacer unas irresistibles croquetas con salsa de queso. Muy fácil:
- Deja el relleno unas horas en la nevera para que coja cuerpo.
- Saca el relleno de la nevera y dale forma de croqueta, o haz unas bolas.
- Prepara dos boles, uno con dos huevos batidos y otro con pan rallado.
- Pasa las croquetas primero por el huevo y luego por pan rallado. No necesitan doble rebozado porque no hay bechamel, no se va a salir.
- Fríe en aceite de girasol bien caliente, retira y deja escurrir el exceso de grasa en un colador o sobre un papel de cocina.
Y la salsa de queso, tan fácil como mezclar 200 mililitros de nata para cocinar con una rodaja de queso provolone troceada, calentar hasta que el queso se funda y salpimentar. Aquí tenéis una foto.
Y listo, como os he prometido, dos recetas en una, a cual más rica. Eso sí, la segunda más calórica.
Ideas y consejos:
- Esta salsa de queso básica queda genial con una carne, con una tortilla de patata, con una focaccia, con lo que más os guste.
- Ideales las bolsas de espinacas que venden en el súper de 300 gramos, lavadas y listas para usar.
- Aquí tenéis la cucharilla parisienne, ideal para vaciar estas patatas y para hacer bolitas de frutas y hortalizas. La tengo tanto tiempo que no recuerdo donde la compré, pero seguro que la encontraréis en tiendas especializadas de menaje de cocina.
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