En uno de los últimos programas de Masterchef que, sí, reconozco que sigo viendo a pesar de que cada vez hay más reality y menos cocina, los concursantes cocinaron tapas creadas por Samantha Vallejo Nájera y, entre ellas, las patatas rellenas de queso de cabra llamaron mi atención.
Como no explicaron la receta, ni tampoco aparece en la web del programa ni en redes sociales, o al menos yo no la he encontrado, he decidido hacer mi propia versión que no sé si coincidirá en algo con la original. Creo que precisamente ese es el gran fallo del programa, cada vez hay menos cocina y más gritos y sobreactuación, tanto de los concursantes como del jurado. Pero, como ya he dicho, a pesar de ello, sigo el programa desde sus inicios, y sin duda he aprendido, y he conocido nuevos productos y técnicas. Aunque me encantaría que fuera más didáctico, y que todas las recetas se publicaran posteriormente como sucede, por ejemplo, en el programa de los Hermanos Torres, emitido en la misma cadena.
Pero vamos a lo que importa, las patatas quedaron deliciosas y, yo sí, os cuento cómo las hice.
Ingredientes:
- Nueve patatas de guarnición (pequeñas).
- Un rulo de queso de cabra pequeño.
- Cebollino picado.
- Pimienta negra recién molida.
- Un poco de leche.
- Un chorrito de aceite de oliva virgen.
- Sal.
Preparación:
Lavamos perfectamente las patatitas con agua, las colocamos en una cazuela amplia, cubrimos con agua y las cocemos tapadas con una cucharadita de sal, hasta que estén blandas. Ojo, que no se deshagan, diez minutos hirviendo serán suficientes.
Las sacamos del agua bien escurridas y dejamos enfriar. Cuándo estén frías, cortamos con un cuchillo y mucho cuidado, una rodajita de la parte superior de cada patata, y las vaciamos con una cuchara parisienne. No hay que llegar a la piel de la patata porque se nos rompería; hay que dejar una capa de patata para que no pierda la forma.
Lavamos y picamos el cebollino. Aplastamos la patata con un tenedor hasta obtener un puré. Quitamos la corteza al queso de cabra, lo desmenuzamos, y lo mezclamos con la patata y una cucharada de cebollino (reservamos un poco para la decoración final), añadimos sal, pimienta negra recién molida, un chorrito de aceite de oliva virgen y otro de leche. Debe quedar un puré espeso y bien integrado. Comprobamos el punto de sazón y rectificamos si es necesario.
Rellenamos las patatitas con esta mezcla, sin que queden huecos vacíos, ayudándonos de dos cucharillas, o con una manga pastelera, y horneamos con calor abajo y arriba, a 180º hasta que se doren. También podemos utilizar el grill del horno.
Retiramos del horno, espolvoreamos con cebollino, y tenemos un entrante o guarnición buenísima.
Consejos:
- El toque del cebollino es perfecto, pero si prefieres utilizar otra aromática, adelante. Seguro que con orégano, albahaca o perejil están igualmente ricas, por poner algún ejemplo.
- La manipulación de las patatas cocidas, tanto en el vaciado como en el rellenado, debe ser muy cuidadosa para evitar que se rompan.
- Comprobamos que las patatas están cocidas pinchándolas con una brocheta.
- Una cuchara parisienne, es un utensilio con forma de cuchara redonda que se utiliza para formar pequeñas bolas o, como en este caso, para vaciar determinados productos. Os pongo una foto de la mía, que tengo en casa desde hace muchos años y está como nueva.
Las sacamos del agua bien escurridas y dejamos enfriar. Cuándo estén frías, cortamos con un cuchillo y mucho cuidado, una rodajita de la parte superior de cada patata, y las vaciamos con una cuchara parisienne. No hay que llegar a la piel de la patata porque se nos rompería; hay que dejar una capa de patata para que no pierda la forma.
Lavamos y picamos el cebollino. Aplastamos la patata con un tenedor hasta obtener un puré. Quitamos la corteza al queso de cabra, lo desmenuzamos, y lo mezclamos con la patata y una cucharada de cebollino (reservamos un poco para la decoración final), añadimos sal, pimienta negra recién molida, un chorrito de aceite de oliva virgen y otro de leche. Debe quedar un puré espeso y bien integrado. Comprobamos el punto de sazón y rectificamos si es necesario.
Rellenamos las patatitas con esta mezcla, sin que queden huecos vacíos, ayudándonos de dos cucharillas, o con una manga pastelera, y horneamos con calor abajo y arriba, a 180º hasta que se doren. También podemos utilizar el grill del horno.
Retiramos del horno, espolvoreamos con cebollino, y tenemos un entrante o guarnición buenísima.
Consejos:
- El toque del cebollino es perfecto, pero si prefieres utilizar otra aromática, adelante. Seguro que con orégano, albahaca o perejil están igualmente ricas, por poner algún ejemplo.
- La manipulación de las patatas cocidas, tanto en el vaciado como en el rellenado, debe ser muy cuidadosa para evitar que se rompan.
- Comprobamos que las patatas están cocidas pinchándolas con una brocheta.
- Una cuchara parisienne, es un utensilio con forma de cuchara redonda que se utiliza para formar pequeñas bolas o, como en este caso, para vaciar determinados productos. Os pongo una foto de la mía, que tengo en casa desde hace muchos años y está como nueva.