sábado, 12 de mayo de 2018

BROWNIE





Hacía demasiado tiempo que no horneaba un brownie en casa, y hoy ha sido el día. Con una bola de helado de vainilla al lado, es perfecto, porque refresca el sabor intenso a chocolate y la jugosidad del brownie. Y, como ya os he comentado en otras ocasiones, mi hija es fan de las frambuesas, y en esta ocasión he preparado además, un coulis de frambuesa, y la combinación chocolate, vainilla y frambuesa es buenísima, brutal.

Ánimo que es muy fácil hacer un brownie en casa, siempre sale bien. Y yo ya no conozco a nadie que no le guste el chocolate.

Ingredientes:

- 100 gramos de mantequilla.
- 200 gramos de chocolate fondant.
- 100 gramos de azúcar moreno.
- Tres huevos.
- Una cucharadita de extracto de vainilla.
- 75 gramos de harina.
- Una cucharada de levadura.

Preparación:

Pesamos todos los ingredientes.

Tamizamos la harina con la levadura y reservamos.

Batimos los huevos, el azúcar y una cucharadita de extracto de vainilla, con las varillas eléctricas o manuales.

Derretimos la mantequilla y el chocolate en un cazo a fuego mínimo, removiendo para que no se queme, retiramos antes de que terminen de fundirse, y seguimos removiendo hasta que se derritan totalmente y estén perfectamente integrados.

Incorporamos la mezcla de chocolate y mantequilla al batido de huevos y azúcar en chorrito fino, removiendo constantemente con las varillas manuales, para que no cuajen los huevos.

Añadimos la harina con levadura y seguimos removiendo con las varillas hasta obtener una mezcla homogénea y sin grumos.

Precalentar el horno a 180º, calor arriba y abajo.

Trasladamos la masa a un molde rectangular bien engrasado con mantequilla fundida, el mío es de 28 x 18 centímetros y, como veis en la foto, sale perfecto. Si utilizáis uno más grande, quedará más bajito pero igual de rico.

Hay que extender bien la masa con una espátula de silicona para que llegue a las esquinas del molde. Y al horno, 25 minutos. Sacar del horno y, cuando podamos manipular el molde sin quemarnos, desmoldamos el brownie (mi molde es desmontable y sale sin problemas). 

Dejamos que enfríe sobre una rejilla y lo cortamos con un cuchillo bien afilado, aunque siempre se desmiga, y ahí reside parte de su encanto.

Mirad que rico, con helado. En breve pongo la receta del coulis de frambuesa, y entonces ya es perfecto. Aunque podéis verla aquí, con la tarta de queso, que también os recomiendo encarecidamente.






Consejos:

- El brownie perfecto está crujiente por fuera y jugoso por dentro, por eso es importante no hornearlo en exceso.

- Y por el mismo motivo, es primordial desmoldarlo lo antes posible, eso sí, sin quemarnos.

- No hay que batir en exceso, tan sólo hasta que los ingredientes estén bien integrados. Yo sólo utilizo las varillas para batir el huevo con el azúcar, y el resto a mano.

- Cuidado con el chocolate y el fuego, porque se quema con mucha facilidad y, si eso sucede, amarga. Hay que tirarlo. Caliéntalo con la mantequilla removiendo continuamente, y retira del calor antes de que estén completamente derretidos, sigue moviendo y, con el calor residual, se fundirán rápidamente.

- Hazme caso, y sirve una bola de helado de vainilla al lado del brownie. Y, si te gusta la frambuesa, el coulis le aporta un puntito ácido maravilloso.

- En pastelería y repostería es imprescindible que las cantidades sean exactas, y para ello nada mejor que una báscula digital, que se pueden encontrar a muy buenos precios. 

- Yo engraso el molde con un pincel de silicona y mantequilla fundida. Otra solución para que el brownie no se pegue es forrar el molde con papel de horno (papel sulfurizado)



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