viernes, 28 de junio de 2019

TERNERA AL CAFÉ



¿Os ha pasado que de repente una receta de cocina desconocida aparece en todas partes, en blogs de cocina, instagram, revistas, hasta en la tele? Así porque sí, como si todo el mundo se hubiera puesto de acuerdo, vamos que se pone de moda, efímera normalmente. Y muchas veces yo no me entero hasta que no está hasta en la sopa. Me pasó con esta salsa al café y, claro, te entran unas ganas de probarlo irrefrenables. Así que revista en mano, me puse con este guiso de ternera, tradicional pero con el toque especial del café, que le da un sabor distinto, un puntito muy bueno. Y no, no es amargo, pero se nota el café y me encanta. En casa no advertí a nadie de la presencia de este ingrediente, y lo adivinaron.

Ingredientes:

- 750 gramos de carne de ternera para guisar, cortada en dados grandes.
- Una cebolla grande. 
- Dos zanahorias grandes.
- Un bote de tomate entero de 250 gramos.
- 100 mililitros de vino blanco.
- 100 mililitros de café.
- 300 mililitros de caldo de carne o de pollo.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Pimienta negra recién molida.
- Sal.
- Patatas (van fritas en dados, las que queráis).

Preparación:

Pelamos y lavamos la cebolla y las zanahorias, y las cortamos en brunoise. Reservamos.
Quitamos el exceso de grasa a la carne, si la tiene, con un cuchillo bien afilado, la salpimentamos, y la doramos en una cazuela con dos cucharadas de aceite de oliva virgen extra. Retiramos la ternera de la cazuela y reservamos.

En el mismo aceite (añadimos más si es necesario), doramos la cebolla y la zanahoria con una pizca de sal, y removemos para recoger los jugos que ha dejado la carne en el fondo de la cazuela. Añadimos el tomate con su jugo, y cocinamos hasta que el tomate pierda el agua. Removemos de vez en cuando para que se deshagan los tomates y no se peguen en la cazuela.

Incorporamos la carne a la cazuela, añadimos el vino blanco, el café y el caldo (que la carne quede bien cubierta), y guisamos tapado a fuego lento durante unos 45 minutos, o hasta que la carne esté tierna.

Retiramos la ternera de la cazuela y trituramos la salsa. La pasamos por el colador chino a otra cazuela, añadimos la carne y reducimos un poco la salsa. Probamos y rectificamos de sal y pimienta si es necesario.

Mientras tanto, pelamos y lavamos las patatas, las cortamos en dados y las freímos en abundante aceite de oliva virgen extra. Se fríen primero a fuego lento y, cuando ya estén blanditas, subimos el calor para que se doren. Retiramos con una espumadera y las colocamos sobre un plato cubierto con papel de cocina, para eliminar el exceso de grasa. Antes de servir, sazonamos con sal.

Y listo, un guiso fácil, sorprendente y muy bueno.

Ideas y consejos:

- Buenísimo con un puré de patata casero, si prefieres prescindir de los fritos, o variar.

- Un guiso de ternera necesita su tiempo para obtener una carne tierna, de 45 minutos a una hora. Lo mejor, probar.

- Si, además de las patatas, acompañas este guiso con unas verduras, como brócoli cocido, espárragos salteados o al vapor, o lo que tengas por la nevera, tendrás un plato completo.



viernes, 21 de junio de 2019

PIZZA DE ALBARICOQUES CON QUESO DE CABRA


Ya he comentado en más de una ocasión que en casa nos encanta la pizza y que habitualmente preparamos nuestra propia masa. Eso no quiere decir que en ocasiones, cuando no hay tiempo o no apetece meterse en la cocina, que somos human@s, también la compremos precocinada. 

Personalmente me encanta cambiar los ingredientes y probar nuevas combinaciones, aunque hay fijos irrenunciables en casa. El pasado sábado decidí que tocaba pizza nueva, estaba deseando probar esta receta de Directo al Paladar que había leído unos días antes. Su propuesta está preparada con pan de pita, yo con masa de pizza casera, y quedó tan rica que se va a quedar fija. Sabía que iba a triunfar, aunque al pronunciar la palabra "albaricoque", abundaron los gestos y palabras de extrañeza.

Ingredientes: 

Para la masa (salen cuatro pizzas):

- Medio kilo de harina de fuerza.
- 250 ml. de agua templada.
- 12 gramos de levadura fresca (media pastilla).
- Una cucharada de aceite de oliva virgen extra.
- Una cucharadita de sal. 


Para el relleno (una pizza):

- Un rulo de queso de cabra pequeño.
- Seis albaricoques.
- Cuatro tomates cherry.
- Una cucharada de mostaza de Dijon.
- Rúcula. 
- Sal.
- Pimienta negra recién molida.
- Media cucharada de za'atar, o la siguiente mezcla casera: 
     . Una cucharada de semillas de sésamo tostadas.
     . Una cucharadita de tomillo seco.
     . Una cucharadita de orégano seco.
     . Media cucharadita de zumaque o pimentón agridulce.
     . Media cucharadita de comino molido.

Preparación: 

Comenzamos con la masa casera de pizza: 

Pesamos la harina y la ponemos en un bol, añadimos una cucharadita de sal, una cucharada de aceite de oliva, y la levadura fresca disuelta en los 250 ml. de agua templada. Mezclamos bien, volcamos en la superficie de trabajo, previamente enharinada, y amasamos durante al menos diez minutos hasta obtener una masa elástica. Formamos una bola y dejamos levar tapada con un paño en un lugar tranquilo y sin corrientes de aire.  Por supuesto, también podemos preparar la masa en una amasadora, nos facilitará mucho la labor.

Cuándo la masa haya doblado su volumen, la volcamos en la encimera, previamente enharinada, y la dividimos en cuatro porciones (hay masa suficiente para cuatro pizzas redondas). Tomamos una porción, la boleamos, y la estiramos con un rodillo dándole la forma deseada, y procurando que quede una masa fina. La trasladamos a la bandeja de horneado, que previamente habremos pincelado con aceite, y la dejamos reposar unos 15 minutos.


Precalentamos el horno a 250º, con calor arriba y abajo.

Mientras la masa reposa, preparamos el resto de ingredientes:

Quitamos la corteza al rulo de queso de cabra, y reservamos una rodaja en el frigorífico. Aplastamos el resto con un tenedor, añadimos el za'atar, una cucharada de mostaza de Dijon, sal y pimienta, y mezclamos hasta obtener una crema. Si resulta difícil por la textura del queso de cabra, añadimos leche poco a poco hasta que quede cremoso. Probamos y rectificamos de sal y pimienta si es necesario. Reservamos.

Cortamos los albaricoques en cuartos, quitando el hueso. Igualmente, cortamos los tomates cherry en cuatro partes.

Montamos la pizza: repartimos la crema de queso de cabra, colocamos sobre ella los albaricoques y los cherrys, una pizca de sal, y al horno hasta que esté crujiente la masa.

Una vez fuera del horno, desmenuzamos el queso de cabra reservado sobre la pizza, añadimos rúcula al gusto, un chorro de aceite de oliva virgen extra, y una pizca de sal. Exquisita y diferente, no te digo más.

Ideas y consejos:

- La fruta funciona genial en platos salados, como la salsa de melocotón con secreto de cerdo a la plancha, el mango y limón con salmón fresco, y por supuesto en los gazpachos (sandía, cereza, melocotón, frutos rojos...). En el blog hay unos cuantos, sólo tenéis que escribir la palabra gazpacho en el buscador.

- Cuando traslado la masa a la bandeja de horno, doblo los bordes de la pizza sobre sí misma, creando una especie de cordón que impide que los ingredientes rebosen y manchen el molde o el horno. Así me libro de los restos pegados difíciles de limpiar. 

- Una vez montada la pizza con todos los ingredientes, debe entrar al horno lo antes posible, para que la masa no se humedezca en exceso.

- Si te sobra masa, puedes preparar estas deliciosas tortitas crujientes con aceite.

- La mezcla casera de za'atar se conserva en un envase de cristal bien cerrado. Y, con la que te sobre, te sugiero estos contramuslos de pollo, que están de muerte. 
 

martes, 11 de junio de 2019

QUINOA SALTEADA CON VERDURA Y BRÓCOLI



Hoy vengo con una receta para disfrutar de la quinoa, un pseudo cereal con múltiples propiedades, considerado un súper alimento. Sí, especialmente dedicado a quienes aún no la han probado todavía o no les entusiasma demasiado. Además, es muy fácil prepararlo, con ingredientes básicos y, si lo acompañas con este pollo, te va a encantar (sólo los contramuslos, prescinde del cous cous y del yogur).

Ingredientes para cuatro personas:

- Dos vasitos de quinoa precocinada.
- Una cebolla.
- Dos zanahorias.
- Un calabacín.
- Un tomate rojo.
- Un ramillete de brócoli.
- Una cucharadita de orégano seco.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal. 

Preparación:

Pelamos, lavamos y picamos en brunoise la cebolla, las zanahorias y el tomate sin pepitas; reservamos por separado.

Despuntamos el calabacín, lo lavamos y lo picamos en brunoise (sin pelar); reservamos junto a la zanahoria.

En una sartén con un hilo de aceite de oliva virgen extra, freímos la cebolla con una cucharadita de sal, hasta que esté dorada. Añadimos la zanahoria y el calabacín y cocinamos hasta que esté tierno. Incorporamos entonces el tomate con una cucharadita de orégano seco, removemos para mezclar y retiramos del calor

Añadimos la quinoa a la sartén y mezclamos con cuidado, comprobamos el punto de sazón y rectificamos si es necesario.

Mientras tanto, cortamos el brócoli en ramilletes, ponemos agua al fuego en una cazuela amplia y, cuándo hierva, añadimos el brócoli con una cucharadita de sal. Cocemos cuatro o cinco minutos desde que rompa a hervir de nuevo, retiramos y escurrimos bien del agua. 

Servimos la quinoa con el brócoli, y a disfrutar de un plato sano y rico. 

Ideas y consejos:

- Si prefieres cocer la quinoa tú mism@, hazlo como te expliqué en esta receta de quinoa con champiñón y jamón. 

- Los vasitos con quinoa precocida son una buena opción cuando no disponemos de mucho tiempo para cocinar.

- Puedes enriquecer este plato con salmón a la plancha, pollo salteado o, como ya he mencionado, con estos riquísimos contramuslos de pollo con za'atar.

- El tomate solo se calienta, no se cocina. Queda muy rico con todo su sabor natural.


martes, 4 de junio de 2019

FRESAS ASADAS AL OPORTO


Estas receta la descubrí el pasado viernes en Directo al Paladar, leí la receta y en cuanto pude, las preparé. No podía esperar más porque me apetecía tanto probarlas, y era tan fácil, que dicho y hecho, en un pis pas con cuatro cosas, listas. Y el resultado es exquisito, increíble lo buenas que están.

En Directo al Paladar afirman que acompaña platos salados y dulces; yo añado que así, tal cual, a cucharadas son deliciosas. En casa las hemos comido con yogur griego, y os aseguro que es uno de los mejores postres que he probado, con un sabor increíble, agridulce, riquísimo y, lo mejor, con muy poco trabajo. La próxima, con helado, o con queso...

Así que no hay excusas, a comprar fresas, que en cuatro días desaparecen del mercado.

Ingredientes:

- Medio kilo de fresas.
- 20 mililitros de aceite de oliva virgen extra.
- 30 gramos de azúcar.
- 30 mililitros de vino de Oporto.
- 10 mililitros de vinagre balsámico de Módena.
- 0,5 gramos de ralladura de naranja o limón.
- Una cucharadita pequeña de sal.

Preparación:

Precalentamos el horno a 180º.

Lavamos las fresas, las escurrimos, y las secamos con delicadeza. Las cortamos por la mitad, o en cuartos si son muy grandes, y las ponemos en un vol.

Medimos y pesamos el resto de ingredientes, y los mezclamos hasta que se integren. Regamos las fresas con esta mezcla, y removemos con cuidado para no romperlas.

Preparamos una bandeja de horno amplia, donde quepan todas las fresas sin amontonarlas, y las colocamos dentro, con todos el líquido. Horneamos durante media hora, o hasta que estén blanditas y hayan soltado los jugos. Hay que vigilar  de cerca para que no se quemen.

Sacamos del horno y dejamos templar. Y ya está, listas para disfrutarlas; exquisitas de verdad.

Ideas y Consejos:

- Trata con delicadeza las fresas para no estropearlas.

- En la receta original lleva miel en lugar de azúcar. Yo la he sustituido porque tengo alérgicos en casa.

- Como ya os he dicho, en casa las preparé con yogur griego natural, mezclado con una cucharadita de azúcar. Aquí os dejo una foto para que empecéis a salivar.