Se cuenta que fue inventado por una pastelería francesa, "Lasne", para los financieros que buscaban un bocado dulce que no les ensuciara las manos. Aunque parece que su origen son unos pequeños pastelitos ovalados preparados por las Hermanas de la Orden de la Visitación, llamados "vistandine", denominación tradicional que aún se conserva en algunas pastelerías.
Controversias aparte, lo cierto es que es un bocado exquisito, delicado y esponjoso, que podemos elaborar en casa sin mucha dificultad. En esta receta llevan coco rallado, que se puede sustituir por la misma cantidad de almendra molida.
Ingredientes:
- 100 gramos de mantequilla con sal.
- 30 gramos de almendra molida.
- 30 gramos de coco rallado.
- 75 gramos de harina.
- 100 gramos de azúcar blanco.
- 3 claras de huevo.
- Perlas de chocolate negro.
Preparación:
Comenzamos preparando la mantequilla avellana (beurre noisette en francés), llamada así por el aroma que desprende. Se derrite la mantequilla en un cazo hasta que se dore, la retiramos del fuego y la colamos. Reservamos hasta que se temple.
Seguidamente mezclamos en un bol la almendra, el coco y la harina. Montamos las claras a punto de nieve, añadimos el azúcar y seguimos batiendo con las varillas. Incorporamos la mezcla de almendra, coco y harina e integramos con cuidado para que no se desmonten las claras. Es entonces cuándo añadiremos la mantequilla avellana templada, con una espátula y movimientos envolventes.
Repartimos un poco de masa masa en cada molde, tradicionalmente rectangulares (los míos son de silicona, perfectos), y añadimos por encima las perlas de chocolate. También podemos poner almendra laminada, trocitos de fruta, o azúcar. Precalentamos el horno a 150º, y horneamos durante, aproximadamente, unos diez minutos.
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