sábado, 9 de noviembre de 2019

PIZZA "CABRAMELIZADA"


Recientemente publiqué en mi cuenta de Instagram @aceiteysalrosa, una foto de esta pizza. Y os pregunté si os apetecía la receta, y la respuesta fue 100% "SÍ", que agradezco muchísimo.

La verdad es que no conocía yo esta pizza; fue mi hija la que la probó en una pizzería y vino encantada. Gracias a ella el otro día la preparamos en casa y fue un éxito, súper buena, y con dos ingredientes. Aunque uno de ellos, la cebolla, hay que cocinarla pero es tan fácil que casi se hace sóla.  Y siempre puedes optar por comprarla preparada, aunque dudo que te libres del consiguiente exceso de azúcar.

Ésta es una pizza blanca, es decir, sin tomate.

Ingredientes:

Para la masa (salen cuatro pizzas):

- Medio kilo de harina de fuerza.
- 250 ml. de agua templada.
- 12 gramos de levadura fresca (media pastilla).
- Una cucharada de aceite de oliva virgen extra.
- Una cucharadita de sal. 


Para la cebolla caramelizada:

- Tres cebollas grandes.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal.

Además:

- Un rulo de queso de cabra pequeño.
- Orégano.

Preparación:
Comenzamos con la masa. Pesamos la harina y la ponemos en un bol, añadimos una cucharadita de sal, una cucharada de aceite de oliva, y la levadura fresca disuelta en 250 mililitros de agua templada. Mezclamos bien, y comenzamos el amasado; cuándo la masa sea manejable la volcamos sobre la superficie de trabajo, previamente enharinada, y seguimos amasando hasta obtener una masa elástica que no se pegue en las manos. Formamos una bola y la metemos en un bol. Dejamos levar, tapada con un paño, en un lugar tranquilo y sin corrientes de aire. También podemos preparar la masa en una amasadora, que nos facilitará muchísimo el trabajo.

Cuándo la masa haya doblado su volumen, la volcamos sobre la encimera, siempre enharinada, y la dividimos en cuatro porciones (hay masa suficiente para cuatro pizzas). Tomamos una porción, la boleamos y la estiramos con un rodillo dándole la forma deseada. La trasladamos a una bandeja de horno, previamente pincelada con aceite, o cubierta con papel de horno, y la dejamos reposar unos quince minutos.
Mientras la masa hace sus levados, preparamos la cebolla caramelizada. Troceamos las cebollas en juliana (si las cebollas son tiernas, mejor, pero tendrán que ser al menos cinco porque suelen ser más pequeñas). No os dé miedo la cantidad de cebolla, merma muchísimo. La cocinamos en una sartén con aceite de oliva y una pizca de sal, a fuego lentísimo para que no se queme. Cuándo la cebolla pierde el agua deja de ser blanca y adquiere un tono dorado, eso significa que está caramelizando. Dejamos que siga cociendo durante cinco minutos, retiramos del fuego, escurrimos en un colador para quitar el exceso de aceite, y reservamos.
 
Cubrimos toda la superficie de la pizza con cebolla caramelizada y encima las rodajas de queso de cabra. Y al horno precalentado a 200º, hasta que esté doradita y la masa cocida.
 
Orégano y lista. En este caso menos es más: DELICIOSA.
 
Ideas y consejos:
 
- La cebolla carameliza sin necesidad de añadir azúcar, a fuego lento y con paciencia. Necesita su tiempo, de una a dos horas dependiendo de la cantidad de cebolla, pero se hace sola. Aprovecha para hacer gran cantidad porque mengua mucho y, además, se puede congelar.
 
- Es importante escurrir bien la cebolla del exceso de aceite o la pizza quedará grasienta.
 
- Si no utilizas masa casera, compra masa fresca. No es lo mismo pero también sirve.  
 
- Con esta cantidad de masa salen cuatro pizzas, o cinco. También puedes guardar una porción en el frigorífico dentro de un taper amplio (crece), y al día siguiente preparas estas irresistibles tortitas crujientes. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario