Este plato es BUENÍSIMO, para comer con los ojos cerrados, disfrutando cada bocado. De verdad, no exagero nada si os digo que es sublime, de lo mejor que he comido nunca. Por eso, aunque preparar los ravioli nos lleve un buen rato, el resultado compensa, muchísimo.
Se trata del ravioli invertido de gamba roja de Clara Villalón, conocida bloguer, y concursante de la primera edición de MasterChef. Sin duda, uno de los mejores platos del programa.
Ingredientes para cuatro personas:
Para la pasta:
- 200 gramos de harina.
- 200 gramos de harina.
- Dos huevos.
- Una pizca de sal.
Para el relleno:
- Una pizca de sal.
Para el relleno:
- 100 gramos de mantequilla.
- Orégano fresco, o seco.
- Un huevo batido para sellar los ravioli.
Para "el acompañamiento":
- 16 gambas rojas, o más.
- Un huevo batido para sellar los ravioli.
Para "el acompañamiento":
- 16 gambas rojas, o más.
- 12 cucharadas de salsa de tomate (receta aquí).
- 24 tomates cherry, por lo menos.
- Sal.
- Pimienta negra recién molida.
- Aceite de oliva virgen extra.
Preparación:
Comenzamos con la masa de la pasta fresca, y para ello hacemos un volcán con la harina y, en el centro, ponemos los dos huevos y una pizca de sal, mezclamos y amasamos hasta que esté completamente integrado. Formamos una bola, envolvemos con papel film, y dejamos reposar durante una hora a temperatura ambiente (si hace demasiado calor, en el frigorífico).
Mientras la masa reposa, preparamos el relleno: mezclamos la mantequilla con el orégano, aplastandola con un tenedor, hasta que esté totalmente integrado. Formamos pequeñas bolitas que reservamos en el frigorífico tapadas dentro de un tuper.
Pelamos las gambas y les quitamos los intestinos. Reservamos los cuerpos en el frigorífico, y sofreímos en aceite las cabezas y las pieles, aplastándolas para que suelten el jugo, hasta que estén doradas. Colamos el jugo sobre la salsa de tomate, mezclamos y salpimentamos. Reservamos.
Transcurrido el tiempo de reposo, colocamos la masa sobre la encimera espolvoreada de harina, y la aplanamos y estiramos con ayuda de un rodillo. Si tenemos máquina para hacer pasta, la vamos introduciendo y pasando varias veces, cambiando a un grosor más fino cada vez. Hay que conseguir una lámina de pasta muy fina, que dejaremos sobre una superficie enharinada (ver consejos). Continuamos hasta terminar con la masa.
Sobre una lámina de pasta (ver consejos), vamos repartiendo las bolitas de mantequilla, con la separación adecuada según el tamaño que vayan a tener nuestros ravioli. Pintamos alrededor de la bolita con huevo batido y un pincel fino, y cubrimos con otra lámina de pasta (ver consejos). Con un cortador para ravioli, cortamos la pasta con la mantequilla dentro. Deben quedar completamente sellados; si no es así, nos ayudaremos de un tenedor pequeño para sellar bien los bordes. Os pongo una foto que, aunque no es muy buena, es ilustrativa.
Dejamos que los ravioli se sequen un poco, aunque si hace calor, lo mejor será que reposen en el frigorífico porque la mantequilla podría derretirse.
Y, justo antes de comer:
1.- En una cazuela amplia, ponemos agua a hervir.
2.- Lavamos, cortamos los tomatitos por la mitad, y los marcamos ligeramente en la sartén con un hilo de aceite de oliva virgen extra, y mantenemos calientes.
3.- Calentamos la salsa de tomate y gamba.
4.- En una sartén con un hilo de aceite, asamos ligeramente las gambas.
5.- Cuándo el agua hierva, añadimos una cucharadita de sal, y cocemos la pasta durante dos minutos. Con una espumadera y mucho cuidado, la trasladamos a un escurridor. No enjuagamos, nos los comemos inmediatamente, sin esperas.
6.- Emplatamos, por este orden: salsa de tomate y gamba, ravioli, gambas, cherrys, un chorrito de aceite de oliva virgen extra (por favor), y una pizca de sal.
Satisfacción absoluta garantizada.
Consejos:
- Si tras mezclar la mantequilla con el orégano, está demasiado blanda y no podemos formar las bolitas con la mano, dejaremos que endurezca en el frigorífico.
- Las láminas de masa son delicadas y se pegan fácilmente a la superficie y entre sí. Yo dispongo papel de horno sobre la mesa de la cocina, espolvoreo con harina, y voy colocando las láminas de pasta sobre ella.
- Si no tenéis cortador para ravioli, podéis utilizar un vaso. Las máquinas de pasta también admiten accesorios para formar raviolis; aunque de momento no los he probado. Os dejo una imagen de cortadores.
- Lo ideal es formar las láminas de pasta "emparejadas", es decir, con el mismo tamaño pero una de ellas más corta y estrecha, y la otra más larga y ancha. De este modo, colocamos la más pequeña bajo y, una vez pongamos el relleno, cubrimos con la lámina más grande.
- Imprescindible la gamba roja en este plato, aunque sea pequeña. Sin ella, deja de ser sublime.
- Como van a salir muchos ravioli, os aconsejo que preparéis más salsa, más gambas y más tomatitos, porque seguro que alguien repite, o todos. Seguro.
- Lo ideal, contar con ayuda, sobre todo en las tareas finales.
- Sal.
- Pimienta negra recién molida.
- Aceite de oliva virgen extra.
Preparación:
Comenzamos con la masa de la pasta fresca, y para ello hacemos un volcán con la harina y, en el centro, ponemos los dos huevos y una pizca de sal, mezclamos y amasamos hasta que esté completamente integrado. Formamos una bola, envolvemos con papel film, y dejamos reposar durante una hora a temperatura ambiente (si hace demasiado calor, en el frigorífico).
Mientras la masa reposa, preparamos el relleno: mezclamos la mantequilla con el orégano, aplastandola con un tenedor, hasta que esté totalmente integrado. Formamos pequeñas bolitas que reservamos en el frigorífico tapadas dentro de un tuper.
Pelamos las gambas y les quitamos los intestinos. Reservamos los cuerpos en el frigorífico, y sofreímos en aceite las cabezas y las pieles, aplastándolas para que suelten el jugo, hasta que estén doradas. Colamos el jugo sobre la salsa de tomate, mezclamos y salpimentamos. Reservamos.
Transcurrido el tiempo de reposo, colocamos la masa sobre la encimera espolvoreada de harina, y la aplanamos y estiramos con ayuda de un rodillo. Si tenemos máquina para hacer pasta, la vamos introduciendo y pasando varias veces, cambiando a un grosor más fino cada vez. Hay que conseguir una lámina de pasta muy fina, que dejaremos sobre una superficie enharinada (ver consejos). Continuamos hasta terminar con la masa.
Sobre una lámina de pasta (ver consejos), vamos repartiendo las bolitas de mantequilla, con la separación adecuada según el tamaño que vayan a tener nuestros ravioli. Pintamos alrededor de la bolita con huevo batido y un pincel fino, y cubrimos con otra lámina de pasta (ver consejos). Con un cortador para ravioli, cortamos la pasta con la mantequilla dentro. Deben quedar completamente sellados; si no es así, nos ayudaremos de un tenedor pequeño para sellar bien los bordes. Os pongo una foto que, aunque no es muy buena, es ilustrativa.
Dejamos que los ravioli se sequen un poco, aunque si hace calor, lo mejor será que reposen en el frigorífico porque la mantequilla podría derretirse.
Y, justo antes de comer:
1.- En una cazuela amplia, ponemos agua a hervir.
2.- Lavamos, cortamos los tomatitos por la mitad, y los marcamos ligeramente en la sartén con un hilo de aceite de oliva virgen extra, y mantenemos calientes.
3.- Calentamos la salsa de tomate y gamba.
4.- En una sartén con un hilo de aceite, asamos ligeramente las gambas.
5.- Cuándo el agua hierva, añadimos una cucharadita de sal, y cocemos la pasta durante dos minutos. Con una espumadera y mucho cuidado, la trasladamos a un escurridor. No enjuagamos, nos los comemos inmediatamente, sin esperas.
6.- Emplatamos, por este orden: salsa de tomate y gamba, ravioli, gambas, cherrys, un chorrito de aceite de oliva virgen extra (por favor), y una pizca de sal.
Satisfacción absoluta garantizada.
Consejos:
- Si tras mezclar la mantequilla con el orégano, está demasiado blanda y no podemos formar las bolitas con la mano, dejaremos que endurezca en el frigorífico.
- Las láminas de masa son delicadas y se pegan fácilmente a la superficie y entre sí. Yo dispongo papel de horno sobre la mesa de la cocina, espolvoreo con harina, y voy colocando las láminas de pasta sobre ella.
- Si no tenéis cortador para ravioli, podéis utilizar un vaso. Las máquinas de pasta también admiten accesorios para formar raviolis; aunque de momento no los he probado. Os dejo una imagen de cortadores.
- Lo ideal es formar las láminas de pasta "emparejadas", es decir, con el mismo tamaño pero una de ellas más corta y estrecha, y la otra más larga y ancha. De este modo, colocamos la más pequeña bajo y, una vez pongamos el relleno, cubrimos con la lámina más grande.
- Imprescindible la gamba roja en este plato, aunque sea pequeña. Sin ella, deja de ser sublime.
- Como van a salir muchos ravioli, os aconsejo que preparéis más salsa, más gambas y más tomatitos, porque seguro que alguien repite, o todos. Seguro.
- Lo ideal, contar con ayuda, sobre todo en las tareas finales.
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