La cebolla caramelizada es un básico de cocina que aporta un sabor especial a muchos platos de carne, pescado, huevos... Pueba a poner un par de cucharadas en una tortilla de patata, y me cuentas. También estoy pensando en una hamburguesa o unas rodajas de queso de cabra. Al final dejo tres enlaces a tres recetas del blog con este básico.
Estuvo "de moda" hace unos años; recuerdo que la preparaba añadiendo azúcar y unas gotas de vinagre, para que no se convirtiera en caramelo. Hasta que un buen día desapareció de nuestras mesas, como el cóctel de langostinos y el melón con jamón.
Os confieso que yo he seguido con la cebolla, aunque hace ya tiempo que eliminé el azúcar, y el vinagre. Afortunadamente aprendí a preparar esta delicia sólo con un poco de aceite, una pizca de sal y una buena dosis de paciencia.
Ingredientes:
- Ocho cebollas, o más.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal.
Preparación:
Pela y lava las cebollas y corta en juliana no muy fina. Calienta un hilo de aceite de oliva virgen extra en una sartén amplia y añade la cebolla con una pizca de sal. Remueve bien, tapa y cocina a fuego muy lento.
Primero la cebolla debe perder toda el agua que contiene. Tardará de una hora a hora y media, dependiendo de la cantidad de cebolla. Remueve de vez en cuando.
Cuando la cebolla pierde toda el agua y aflora el aceite, comienza su caramelización. Los azúcares naturales que contiene la cebolla se derriten y su color se oscurece. Y huele a caramelo. Aguantamos un poco más, cuidando que no se queme, y lista.
Ideas y consejos:
- El secreto, fuego muy lento y tapada, sin más. Y remover de vez en cuando. El tiempo hace el resto.
- Te dejo dos pizzas y una carne con cebolla caramelizada, publicadas en el blog:
Solomillo de cerdo con cebolla caramelizada.
Pizza de higos frescos y queso de cabra.
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