martes, 13 de julio de 2021

PULLED CHICKEN

Desde que preparé mi primer pulled pork, tenía en mente el pulled chicken y por fin ha llegado. Reconozco que me gusta más la versión original, con cerdo, pero con pollo también está buenísimo y es mucho más fácil de preparar porque las piezas son más pequeñas, tienen menos grasa, y se deshilachan con mayor rapidez. 
 
Y es facilísimo no, lo siguiente. Únicamente necesitamos estar en casa porque requiere unas horitas de horno, a baja temperatura. Pero se hace solo, no hay ni que tocarlo. Y es ideal para sándwiches, bocadillos, fajitas y demás preparaciones que ya iremos viendo.
 
Ingredientes:
 
- Tres pechugas de pollo sin piel y sin hueso.
- Tres cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
- Dos cucharadas de azúcar moreno.
- Una cucharadita de vinagre de manzana.
- Una cucharadita de salsa worcestershire (Perrins).
- Dos cucharadas de tomate frito casero. 
- Dos cucharaditas de sal.
- Una cucharadita de ajo granulado.
- Una cucharadita de pimentón dulce.
- Media cucharadita de pimentón picante.
- Pimienta negra recién molida.
 
Preparación:
 
Mezclamos todos los ingredientes excepto las pechugas y reservamos.

Lavamos las pechugas y retiramos el exceso de grasa si tienen. Forramos una bandeja de horno en la que quepan bien las tres pechugas (sin que sobre espacio). Cubrimos la bandeja con varias capas de papel de aluminio con sobrante suficiente para tapar después el pollo y que quede bien sellado.
 
Colocamos las pechugas sobre el papel de aluminio, en la bandeja de horno y las pincelamos generosamente con la mezcla preparada. Les damos la vuelta y pincelamos por el otro lado; si sobra marinada, se la añadimos toda.

Vamos cubriendo y cerrando las capas de papel de aluminio, procurando que quede sellado para que no se escapen los jugos. Será nuestra salsa.

Y al horno, a 150º durante veinte minutos. Bajamos la temperatura, siempre con calor arriba y abajo, a 100º y seguimos horneando durante tres horas.

Sacamos del horno y dejamos templar. Cuando podamos manipular el papel de aluminio sin quemarnos, abrimos y comprobamos que el pollo está bien cocido. Para ello pinchamos con una brocheta; si sale un líquido blanquecino significa que necesita más cocción. En ese caso, al horno media horita más.

Y, ahora sí, a trabajar un poco. Hay que deshilachar las pechugas en finas tiras, con dos tenedores. Al final, mezclamos el pollo con la salsa, y listo para comer. 

Queda muy sabroso. Lo ideal es rellenar unas tortillas mexicanas, un bocadillo, unos panes de pita, y acompañar con ingredientes que no eclipsen ese sabor, como aguacate, lechuga, cebollas encurtidas...ya lo iremos viendo.

Ideas y consejos:
 
- Que no te de pereza el tiempo de horneado, aprovecha una mañana o una tarde que estés en casa y olvídate mientras esté en el horno. Eso sí, como la electricidad es más barata los fines de semana, es el momento ideal.

- Lo mejor para que la carne absorba todo el sabor del adobo es prepararlo la noche de antes del horneado. Metes las pechugas en una bolsa zip, y añades la mezcla. Cierras y la dejas sobre una bandeja en el frigorífico, y le das la vuelta cada vez que lo abras. Y al día siguiente, al horno como te he explicado.

- Congela de cine. Puedes doblar cantidades y cocinar para congelar; eso sí, necesitarás al menos una hora más de horno.
 
- Yo he puesto cuatro capas de papel de aluminio, y no se ha salido nada.
 
 

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